México
Claudia Antunes
“México” 🇲🇽 160x90
(Obra inspirada y dedicada a todos los mexicanos a causa del terremoto del 19/sep/2017)
México:
Te vivo. En cada color, en la magia de tus rincones, en tus paisajes inigualables, en las manos de tus magníficos artesanos, en la amabilidad y calidez de tu gente, en tu humor único, en tus sabores picosos y exquisitos, en tu piel morena, en tu imparable fe, en tu voz libre, en tus ganas infinitas.
Te veo. En la inocente mirada de tus niños, en la profunda mirada del que años te ha vivido, en tus grandes ojos a veces miedosos, a veces implacables. Te veo en cada mirada de amor, trsiteza, ilusión, enojo, frustración.
Te entiendo. Cuando te desesperas, cuando te sientes vencido, cuando optas por caminos fáciles, cuando te decepcionas a ti mismo.
Te agradezco. Por criarme y educarme, por hacerme ver desgracias y milagros.
Te suplico. México te suplico. Que no pares, que luches y crezcas, que creas en TI.
Te necesito. Hoy mas que nunca y siempre.
Te vivo. En cada color, en la magia de tus rincones, en tus paisajes inigualables, en las manos de tus magníficos artesanos, en la amabilidad y calidez de tu gente, en tu humor único, en tus sabores picosos y exquisitos, en tu piel morena, en tu imparable fe, en tu voz libre, en tus ganas infinitas.
Te veo. En la inocente mirada de tus niños, en la profunda mirada del que años te ha vivido, en tus grandes ojos a veces miedosos, a veces implacables. Te veo en cada mirada de amor, trsiteza, ilusión, enojo, frustración.
Te entiendo. Cuando te desesperas, cuando te sientes vencido, cuando optas por caminos fáciles, cuando te decepcionas a ti mismo.
Te agradezco. Por criarme y educarme, por hacerme ver desgracias y milagros.
Te suplico. México te suplico. Que no pares, que luches y crezcas, que creas en TI.
Te necesito. Hoy mas que nunca y siempre.
Guernica
Claudia Antunes
La renuncia al color aununcia el dolor,
grito aturdido aclama al cielo que arde
y a la atroz brutalidad del cobarde,
dentro el frío quema, afuera ese calor.
Las blancas alas rotas de tanto helor,
son la paz que no quiere hacer alarde,
el sufrimiento no ha llegado tarde,
la muerte jala a la vida sin valor.
Lloran los dientes, los ojos, las uñas,
y desesperadas están las manos,
de tanto miedo y deseos vanos.
Dejando rastros grises pinceladas
se alzan las tristes almas iracundas
manchando de esperanza aquellas manos.
Tres de la mañana
Claudia Antunes